EEUU: Rittenhouse absuelto - otro asesino racista sale libre

En agosto pasado, el brutal tiroteo policial contra Jacob Blake, un hombre negro desarmado, reavivó las llamas del movimiento Black Lives Matter (BLM- “Las Vidas Negras Importan”) en la pequeña ciudad de Kenosha, Wisconsin. Miles de personas se manifestaron contra el racismo y el terror policial cuando las protestas se extendieron nuevamente, primero a Milwaukee, Chicago y luego a las principales ciudades de costa a costa.

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En el tercer día de manifestaciones en Kenosha, mientras la multitud disminuía y la mayoría de los manifestantes se dirigía a casa, el aspirante a policía de extrema derecha de 17 años, Kyle Rittenhouse, disparó a tres personas con un rifle semiautomático, matando a dos e hiriendo gravemente a otro.

Rittenhouse enfrentó cargos de homicidio imprudente en primer grado, homicidio intencional en primer grado e intento de homicidio intencional en primer grado, entre otros, lo que podría conllevar una sentencia de hasta cadena perpetua.

Hoy [19 de noviembre, NdT], después de dos semanas de juicio y más de tres días de deliberaciones por parte del jurado, Rittenhouse ha sido declarado inocente de todos los cargos. Esto representa otra clara confirmación de que no puede haber justicia real bajo el capitalismo, un sistema basado en la explotación, la opresión y el racismo.

Las protestas del BLM de 2020 infundieron miedo en los corazones de la clase dominante y enviaron a Trump corriendo a su búnker subterráneo. Sin embargo, en ausencia de un programa y un liderazgo revolucionarios claros, el movimiento fue cooptado por los Demócratas y, después de promesas falsas de “reforma policial", fue conducido de regreso a canales seguros para el sistema. Ahora, se están llevando a cabo una serie de juicios de alto perfil, incluido el caso en curso contra los asesinos de Ahmaud Abery, para ofrecer una apariencia de “justicia” en salas de audiencias lejos del calor del movimiento de masas insurreccional del año pasado.

El veredicto de culpabilidad en el juicio del asesino de George Floyd, el oficial Derek Chauvin, mostró que la clase dominante necesitaba tomar como chivo expiatorio a un ejecutor de su sistema por temor a desencadenar un nuevo movimiento. Unos meses más tarde, las cosas han vuelto a la “normalidad", ya que un asesino adolescente racista queda libre de culpa.

Durante su juicio, Rittenhouse derramó lágrimas de cocodrilo en la sala del tribunal mientras el abogado pintaba la imagen de un joven lleno de remordimientos que actuaba estrictamente en temerosa autodefensa. Desde el principio, el juez mostró su parcialidad hacia estas afirmaciones y un claro doble rasero. No permitió que los fiscales se refirieran a las víctimas, Joseph Rosenbaum, Anthony Huber y Gaige Grosskreutz, como “víctimas", pero permitió que la defensa los llamara “alborotadores", “saqueadores” y “pirómanos”.

No importa que Rittenhouse cruzara las fronteras estatales desde Antioch, Illinois hasta Kenosha luego de un llamamiento a las armas por parte de grupos de extrema derecha en las redes sociales, empuñando ilegalmente un rifle que un amigo le compró. La extrema derecha se ha unido en apoyo de Rittenhouse, recaudando $2 millones para su fianza y defensa. Sus vínculos con los Proud Boys se dejaron muy claros en enero de 2021, después de que Rittenhouse publicara una foto en un bar con los líderes de la sección de Wisconsin mostrando un gesto con la mano de “OK” de supremacista blanco. Sin embargo, el juez negó la admisión de pruebas de cualquier conexión entre Rittenhouse y el grupo de extrema derecha, y desestimó un cargo de posesión de arma de fuego por un tecnicismo lingüístico.

En particular, Rittenhouse no resultó herido ni murió durante su arresto después de que disparara su arma. A pesar de que acababa de disparar a tres personas a plena vista, decenas de policías lo ignoraron en la protesta y se le permitió conducir de regreso a su casa en Illinois antes de entregarse en una estación de policía local. En marcado contraste, Tamir Rice, Daunte Wright, Michael Brown y muchos otros adolescentes negros son ejecutados sumariamente por la policía a pesar de estar desarmados. Esta diferencia de trato es sistemática: la policía disparó contra adolescentes negros a una tasa seis veces superior a la de sus homólogos blancos entre 2003 y 2018.

En cuanto al oficial que le disparó a Jacob Blake siete veces en la espalda frente a sus hijos pequeños, paralizándolo de la cintura para abajo, no se ha presentado ningún cargo. La defensa de Rittenhouse aludió a la subjetividad del tribunal y dijo:"Otras personas en esta comunidad le han disparado a alguien siete veces y se ha determinado que está bien”. Esto plantea la pregunta: ¿por qué se considera que la policía está por encima de la ley y que el resto de la sociedad no es responsable de las mismas leyes que se nos dice que hacen cumplir? El sistema judicial existe para hacer cumplir las leyes de un sistema inherentemente violento, explotador y racista y, por lo tanto, no aborda ese tipo de cuestiones.

Como hemos explicado en otra parte, el verdadero propósito de la policía es, ante todo, proteger la propiedad privada de los medios de producción y defender el orden capitalista. El control de masas y la represión de los movimientos de masas han sido históricamente funciones importantes de la policía. En tiempos normales, esto no es difícil, especialmente en ciudades como Nueva York, donde el presupuesto del departamento de policía supera los presupuestos militares de casi 100 países. Pero el movimiento de George Floyd fue todo menos normal. A lo largo del verano pasado, uno de cada diez estadounidenses participó directamente en las protestas en algún momento. Este fue un genuino movimiento de masas que las fuerzas armadas del Estado no pudieron contener basándose únicamente en la represión.

Al mismo tiempo, el movimiento tuvo un efecto polarizador, empujando a la gente tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. Sin embargo, esta polarización no se equilibró por igual. Hubo una mayoría de aprobación y apoyo para BLM en todo el país, a pesar de que aquellos que ven a la policía como “héroes” recibieron el mismo tiempo de transmisión. Estimulados por los repetidos llamamientos de Trump a la “ley y el orden", pequeños grupos de justicieros de extrema derecha tomaron el asunto en sus propias manos para “proteger” las empresas y ayudar a la policía. En una entrevista en la protesta, Rittenhouse afirmó que su trabajo era “proteger a la gente", poco antes de matar a Joseph Rosenbaum o Anthony Huber.

En el momento de las protestas de Jacob Blake, el movimiento de George Floyd había comenzado a perder fuerza. Las protestas fueron menos frecuentes y más pequeñas, ya que los demócratas combinaron el garrote de la represión con la zanahoria de los gestos simbólicos para intentar adormecer a las masas en la complacencia. Es solo en este contexto, una vez que las protestas de Kenosha se calmaron, que la presencia de civiles armados vestidos de camuflaje y con munición atada al pecho tuvo algún impacto. Sin duda, estos vigilantes armados no tenían nada en común con los comités y patrullas vecinales que surgieron en Minneapolis para defender los vecindarios de la clase trabajadora. Personas como Rittenhouse estaban allí para “echar una mano” a la policía para mantener el “orden” y proteger la propiedad privada. Mientras se advirtió a las patrullas del vecindario en Minneapolis que no rompieran el toque de queda, los hombres armados en Kenosha recibieron agua embotellada y golpes de puños por parte de los policías que pasaban.

El veredicto de hoy confirma que no podemos confiar en las instituciones capitalistas para hacer justicia a las víctimas de la violencia racista o para combatir a la extrema derecha. El veredicto hará hervir la sangre de millones de ira, y muchos de ellos querrán “hacer algo” para vengar la muerte de las víctimas. Sin embargo, la mejor manera de prepararse para enfrentamientos como Kenosha es no responder a un puñado de derechistas armados con un puñado de izquierdistas armados. El poder de la clase trabajadora es una función de su abrumador número, su papel productivo en la sociedad y su capacidad para paralizar la sociedad si se organiza y se moviliza de forma independiente como clase.

Al igual que el 6 de enero, el crecimiento de la extrema derecha es parte de la polarización distorsionada de la sociedad. Pero estos acontecimientos muestran que la minoría de derechistas activos no tiene ninguna posibilidad contra el poder total de la clase trabajadora organizada, un destello de lo cual vimos en las filas multimillonarias del movimiento BLM en su apogeo.

Para impedir el racismo policial y la violencia de extrema derecha, una dirección revolucionaria organizada debe estar preparada con anticipación, equipada con las tácticas correctas y con experiencia en el movimiento, para ayudar a canalizar la lucha contra el racismo y la explotación capitalista en un poder real para la transformación de la sociedad. Solo entonces podremos deshacernos de las instituciones capitalistas como la policía y el racismo, la única forma real de hacer justicia y honrar la memoria de las víctimas de este sistema.